La confianza no lleva al éxito, el éxito lleva a la confianza
En los últimos años, he notado una consecuencia curiosa del poco éxito que he tenido en mi trabajo: he comenzado a sentirme más seguro. Cuando hablo frente a un grupo de personas, siento mayor confianza en lo que digo y, como resultado, hablo con más eficacia que antes. Ya no realizo 10 pases de edición de nuevas publicaciones de blog; en cambio, solo presiono publicar cuando tengo algo que decir. Tengo más confianza para hablar cuando siento la necesidad de hacerlo y lucho más por las ideas en las que creo.
Creo que esta nueva confianza proviene de dos lugares:
- Que mi trabajo me proporciona más validación que antes.
- Que con el tiempo, he acumulado más conocimientos, lo que me ha dado más confianza en lo que hago, digo y pienso.
Es fácil considerar la diferencia que hace el primer punto. A medida que crece en su carrera y logra más éxito (según las medidas tradicionales), su trabajo proporciona más validación. Esto puede convertirse en una idea peligrosa que alimenta el ego si no tienes cuidado, pero cuando tienes las motivaciones correctas, no te llenarás de ti mismo. En lugar de inflar tu ego, el éxito te dará un impulso de confianza de tamaño decente.
El segundo punto, recopilar conocimientos, es más matizado e importante. La confianza es un rasgo constante entre la mayoría de las personas exitosas que he conocido, más que en aquellas que no han logrado la misma cantidad. A medida que estas personas adquirieron habilidades y experiencia, también reunieron más razones para tener confianza en lo que hacen, dicen y piensan.
Es fácil mirar a las personas que tienen éxito y pensar que su confianza es lo que los llevó al éxito. Pero en mi experiencia, la ecuación funciona al revés. Cuanto más experto te vuelvas en tu área, más validación recibirás a través de tu trabajo y más seguro estarás de que sabes lo que estás haciendo.
A veces tienes que hacer el trabajo primero y confiar en que la confianza seguirá.