Cómo evitar que el tiempo pase tan rápido
En los últimos años, he notado que el tiempo ha comenzado a moverse más rápido.
Por supuesto, los días siempre avanzan a la misma velocidad, simplemente nos relacionamos con ellos de manera diferente con el tiempo. Hace poco me entregué a una curiosidad y profundicé un poco en cómo percibimos exactamente el tiempo, así como en lo que podemos hacer para alargar aún más los minutos. ¿El tiempo siempre pasa más rápido a medida que envejecemos?
Lo que descubrí me sorprendió. De hecho, el tiempo pasa más rápido a medida que envejecemos, pero también podemos revertir ese sentimiento.
Hay una razón curiosa para esta oportuna aceleración. Es similar a cómo se siente un viaje de regreso que toma la mitad de tiempo que el viaje de ida. Los viajes de regreso son familiares, no nuevos y novedosos. Les prestamos menos atención y, como resultado, procesamos la experiencia con menos profundidad.
Cuanto más nuevas y ricas sean tus experiencias, más lento pasa el tiempo. Probablemente has experimentado esto en tu propia vida. Cuando era niño, cada experiencia era nueva y rica: cada amigo que hacía, cada conversación que tenía y cada vez que se metía en problemas era una experiencia única y memorable. Tus años de adolescencia probablemente trajeron otra avalancha de experiencias novedosas: tu primer beso, tu primer trago o tu primera novia o novio serio. Por lo general, cuanto más envejecemos, menos experiencias nuevas y novedosas tenemos. Como conducir de regreso a casa después de un largo viaje por carretera, la ruta es más familiar. Reconocemos los hitos e hitos que ya hemos superado, y esta segunda experiencia es menos rica y nueva. 1
La cantidad de dopamina (una sustancia química del placer) que se encuentra en nuestro cerebro también disminuye constantemente a medida que envejecemos, a partir de los 20 años. La investigación ha encontrado que la dopamina ayuda a regular la forma en que percibimos el tiempo: cuanto más dopamina hay en nuestro cerebro, más lento pasa el tiempo. 2 (Convenientemente, nuestro cerebro libera dopamina cada vez que experimentamos algo nuevo y rico).
Al reflexionar sobre esta investigación, noté que paso gran parte de mi día inmerso en cosas familiares. Escucho los mismos podcasts, juego mis juegos favoritos de iPad y salto entre algunas aplicaciones, consumiendo actualizaciones de redes sociales similares a las que he consumido en el pasado. Estos hábitos no son ni nuevos ni ricos.
Si bien muchas distracciones son novedosas, pocas son tan ricas como experiencias completamente nuevas: hablar con un extraño en un café, viajar a un lugar en el que nunca hemos estado antes o hacer paracaidismo por primera vez. Las distracciones hacen que el tiempo pase más rápido y nos llevan a llenar los vacíos de nuestro día con lo familiar.
Dos formas de ralentizar el tiempo
Descubrí que la solución a esto es doble:
- Busque tantas experiencias nuevas y novedosas como sea posible;
- Saborea lo que ya te es familiar.
Buscar experiencias nuevas y novedosas nos permite ralentizar el tiempo. En lugar de seguir los movimientos, hacemos cosas que nunca antes habíamos hecho, actividades que son ricas y liberan dopamina en nuestro cerebro. Cada nueva comida, cosa que aprendemos y lugar que visitamos es una oportunidad para ralentizar el tiempo. Salimos de lo que es cómodo.
Saborear lo que es familiar hace algo similar. En lugar de pasar nuestro tiempo en modo de piloto automático, notamos la riqueza incrustada en nuestras rutinas familiares. Elija algo familiar que experimente regularmente (tomar su café de la mañana, recoger a sus hijos de la guardería o conversar con un compañero de trabajo) y haga un esfuerzo concertado para saborear y estar agradecido por esa experiencia. Personalmente, encuentro que la meditación, más que cualquier otra cosa, me ayuda a saborear estas pequeñas cosas todos los días.
Si siente que el tiempo pasa demasiado rápido, no está solo. Buscar experiencias nuevas y novedosas, y saborear lo familiar, es el antídoto.