Realmente solo experimentamos una emoción

12

Miramos lo que estamos experimentando para explicar por qué nuestra mente está agitada de alguna manera, y eso informa cómo pensamos sobre nuestra emoción. Si tu mente está emocionada por una discusión con tu pareja, etiqueta esa emoción como ira. Si su mente está emocionada porque está a punto de abrir un regalo, etiqueta esa emoción como anticipación. Si tu mente está emocionada porque estás a punto de dar un discurso frente a 300 personas, podrías etiquetar esa emoción como miedo.

Estos sentimientos pueden convertirse en un centavo cuando cambian las circunstancias. Tu ira se convierte en compasión cuando tu pareja de repente se da cuenta de que está equivocado acerca de una discusión y se ofrece a servirte una copa de vino. Su anticipación se convierte en frustración una vez que se da cuenta de que le han regalado una aspiradora, en lugar del iPad Pro que ha estado insinuando durante meses. Su ansiedad se convierte en triunfo cuando su charla recibe una ovación de pie.

Esta es una idea simple, pero con implicaciones prácticas. Volvamos a ese ejemplo de dar un discurso. Si está nervioso, una de las mejores maneras de ayudar a su rendimiento es volver a etiquetar su ansiedad como entusiasmo. Un estudio reciente realizado por Alison Wood Brooks en la Escuela de Negocios de Harvard encontró que esta idea realmente funciona en la práctica. En su estudio, Brooks les pidió a los participantes que estaban a punto de dar un discurso de alta presión que pensaran en su ansiedad como emoción. Lo que descubrió fue notable: los participantes que hicieron esto fueron vistos como más persuasivos, competentes y confiados cuando hablaron, en comparación con los participantes que ansiosamente se dijeron a sí mismos que debían calmarse.

Esta idea funciona en otras circunstancias. Si te asustas cuando un avión se enfrenta a una turbulencia, encuentra maneras de emocionarte con el viaje salvaje. Si está nervioso antes de un examen, vuelva a clasificar esa emoción como si su mente se emocionara porque terminaría el curso. Si tu mente está molesta porque una cosa mala sigue a la otra, vuelve a etiquetar tu frustración como diversión e imagínate protagonizando una comedia, no una tragedia.

Esta misma idea también funciona si tienes una práctica de meditación, algo sobre lo que escribo a menudo en este sitio. El momento más fácil (ya menudo el mejor) para meditar es inmediatamente después de despertarse. Hay una razón para eso: tu mente aún no se ha entusiasmado con lo que sucederá ese día.

Si estás pasando por algo negativo, no dejes que tu mente se sienta temerosa, ansiosa o enojada. En su lugar, reformule esos sentimientos como emoción y construya su propia historia positiva.

Fuente de grabación: alifeofproductivity.com

This website uses cookies to improve your experience. We'll assume you're ok with this, but you can opt-out if you wish. Accept Read More